El niño miró a su padre, que observaba embelesado el mar detrás de una gran pipa, y le preguntó: Papá, ¿Que es la rutina?
El pirata, enorme y negruzco por el sol, miro a su hijo de reojo y contestó: La rutina , hijo mio, es asaltar barcos y huir de la justicia, pasar a cuchillo a los enemigos, sortear tormentas y vendavales, navegar hasta donde se pone el sol por mares azules, inhóspitos y profundos, tener una mujer en cada puerto y un puerto en cada mujer, reventar ciudades, cubrirnos de oro y gastarlo después en ron.
Después de una pausa concluyó:
En fin, hijo mio, lo de siempre.