Aquella mañana mis hermanos jugaban junto al río mientras yo daba de comer a las gallinas. Hacía calor, aunque se agradecía después del frío que había pasado al amanecer. Un hombre llegó a lomos de un borriquillo. Ató el animal y al pasar junto a mí me miro de arriba a abajo. Podría tener la edad de mi padre, aunque su barba desarreglada y sus ropas le hacían parecer mayor.
Mi padre lo recibió en la entrada de nuestra casa con efusividad. Él me miró de nuevo y entró.
Yo tenía 12 años y acababa de conocer al que semanas mas tarde se convertiría en mi esposo.
La India, año 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario