A veces me sorprendo a mi mismo pensando que sería bueno que Dios existiera. Debería existir. Eliminaría de un plumazo, de manera incruenta por supuesto, a tanto hijoputa que anda suelto por el mundo.
A Dios le costaría trabajo "eliminar" al personal, porque Él es infinitamente bondadoso, pero yo le echaría una mano con gusto.
En esos momentos de pensamientos absurdos me imagino sentado en la poltrona del paraiso al lado del Santísimo, haciendo "click" en el botón derecho del ratón para mandar a la papelera de reciclaje a los que se aprovechan de la buena fe de la gente para lucrarse economicamente; a los que abusan de los niños, los usan como mano de obra barata, acaban con inociencia y machacan su futuro ; a los soberbios que se creen el ombligo del universo y pasan por encima de cualquiera para conseguir sus objetivos; a los enfermos irrecuperables de egoismo; a los que acaban con la vida de la gente y no sienten el mínimo remordimiento, a los que permiten que esta gente siga en la calle; a los que van por la vida sin respetar a los demas, avasallando y pisoteando impunemente; a los políticos corruptos que se aprovechan de sus cargos para desvalijar a su pueblo; a los que explotan a las mujeres, las humillan, las usan como objetos y las tiran a la basura como muñecas rotas; a todos los prostíbulos del mundo, a sus chulos, sus proxenetas, sus proveedores de carne fresca y a sus clientes.
A los que odian a los diferentes por el mero hecho de serlo; a los que maltratan a sus padres y a los padres que convierten a sus hijos en pequeños déspotas creidos y egoistas que no respetan a nada ni a nadie.
A los descerebrados que llevan en sus coches equipos de música de 3.000 € y deleitan por la calle al obligado público con su música a toda pastilla y encima nos miran orgullosos los gilipollas.
A los que destruyen la tierra, convierten el mar en una papelera o piensan que la calle es su vertedero particular.
A los que destruyen la tierra, convierten el mar en una papelera o piensan que la calle es su vertedero particular.
Cuanto trabajo.
Pensándolo a bien, igual Dios debería seguir de vacaciones. Ya no estoy seguro donde acabaría yo. Problablemente en la papelera con todos los demas, así que mejor lo dejamos.
Pensándolo a bien, igual Dios debería seguir de vacaciones. Ya no estoy seguro donde acabaría yo. Problablemente en la papelera con todos los demas, así que mejor lo dejamos.
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